Termoterapia

Tratamiento mediante el calor de enfermedades y lesiones.

Técnicas de termoterapia

Termoterapia

Consiste en el tratamiento mediante el calor de enfermedades y lesiones. Existen diversas formas de aplicar este calor y, en general, lo que se busca es un efecto sedante, relajante; el calor terapéutico puede ser aplicado por radiación, conducción o convección utilizando para ello diversos métodos, desde radiación infrarroja hasta aplicaciones de parafina y puede ser aplicado a nivel superficial o a niveles de tejidos profundos (véase también electroterapia de alta frecuencia). El principal efecto es el alivio del dolor.

Puede clasificarse como superficial cuando la penetración es baja (como con el uso de infrarrojos o en acciones terapéuticas por mecanismos reflejos) o profunda cuando se dan efectos biológicos gracias al calentamiento directo de tejidos profundos (como sucede en el uso de algunas corrientes elétricas, electroterapia).

Como norma general podemos decir que las aplicaciones variarán entre 10-30 minutos, aunque depende de la técnica concreta que se utilice. Dependiendo de la técnica que se utilice, será necesario aplicar directamente sobre la piel (aire caliente, lámpara de infrarrojos, microondas…) o será necesario emplear un paño o servilleta, por ejemplo en el caso de que sea un sólido o semilíquido, para reducir el riesgo de quemaduras.

Efectos de la termoterapia:

Vasodilatación. Aumento del flujo de sangre a la zona (hiperemia). La hiperemia tiene efecto analgésico (reduce el dolor), favorece la nutrición de los tejidos y la eliminación de productos de deshecho.

Disminución de la presión arterial. El calor afecta al corazón y reduce la presión sanguínea. Si baja en exceso, pueden producirse mareos, por lo que es necesario supervisar para evitarlo.

Efecto sedante. El estímulo de calor de larga duración tiene efecto sedante, ya que favorece la relajación muscular, evita el espasmo muscular, alivia la fatiga y ralentiza la conducción nerviosa de estímulos dolorosos