Propiocepción

Técnicas para reforzar el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos.

Técnicas de propiocepción

Propiocepción

La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos. Es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, permitiendo que nuestros movimientos sean seguros. En resumen, la propiocepción la podemos ver como un sentido más, por el cual, nuestro cerebro recibe información a través de unos receptores distribuidos por todo el cuerpo, para conseguir que mantengamos el equilibrio y la coordinación de nuestro cuerpo. Este sentido es exclusivamente interno, es la representación del estado de los órganos de nuestro cuerpo: cada órgano se siente a sí mismo y esa percepción se nos muestra como sensaciones extrañas.

Husos neuromusculares

Se estimulan cuando el músculo se estira de manera leve, informando de la longitud del músculo. Son los responsables de mantener el tono muscular y del reflejo miotático, muy importante, ya que es un reflejo de protección ante un estiramiento brusco.

Receptores tendinosos de Golgi

Están en la unión músculo-tendón y en el tendón y se estimulan por el alargamiento pasivo de las fibras musculares o al contraer voluntariamente el músculo. Son responsables de enviar una señal de relajación al músculo cuando aparece una tensión excesiva sobre el tendón que puede producir una lesión o ruptura.

Propioceptores capsuloligamentosos

Se encuentran en la cápsula y ligamentos e informan de la posición, la dirección y la velocidad del movimiento de la articulación. Son cuatro receptores: de Ruffini, de Paccini, de Golgi-Mazzoni y de terminación libre.

Propioceptores vestibulares

Se encuentran en el oído interno informando de la posición de la cabeza y del movimiento de esta. Son los responsables del equilibrio.


Para recuperar los propioceptores cuando se ha producido una lesión, la aplicación de la fisioterapia consta del empleo de diversas técnicas consistentes en sencillos ejercicios para ir sometiendo a la zona lesionada a un mayor esfuerzo progresivo, como desequilibrios, ejercicios en superficies inestables, mantener los ojos cerrados mientras se ejecutan determinados ejercicios; de esta forma mejoraremos la recuperación de la lesión y evitaremos recaídas futuras.